Todos sabemos lo que es la ira y todos la hemos sentido en algún momento. Se trata de una emoción humana totalmente normal y por lo general, saludable. No obstante, cuando perdemos el control de esta emoción y se vuelve destructiva, puede ocasionar muchos problemas en el trabajo, en las relaciones personales y en la calidad de vida.
¿Qué es la ira?
La ira es un estado emocional que varía en intensidad: desde una irritación leve hasta una ira intensa. Como otras emociones, está acompañada de cambios tanto psicológicos como biológicos, y puede ser causada por sucesos externos (un atasco o un vuelo cancelado) o internos (una preocupación o un recuerdo traumático).
Cómo expresar el enojo
La forma natural e instintiva de expresar un enfado es responder de manera agresiva. Se trata de una respuesta natural ante las amenazas, e inspira sentimientos intensos, con frecuencia agresivos, y conductas que nos permiten luchar y defendernos cuando nos sentimos atacados.
Hay que tener en cuenta que, para sobrevivir, es necesario un determinado grado de enfado. Sin embargo, no se pude atacar a cada persona u objeto que nos irrita o molesta. Los límites respecto hasta dónde podemos llegar con nuestra ira, lo imponen las leyes, las normas sociales y el sentido común.
Las personas utilizan una diversidad de procesos conscientes e inconscientes para lidiar con los sentimientos que provoca la ira. Las tres reacciones principales son expresar, reprimir y calmarse:
- Expresar los sentimientos con firmeza, pero sin agresividad es la manera más sana de manejar la ira. Para hacerlo, se debe aprender cómo dejar claro cuáles son sus necesidades y cómo atenderlas sin lastimar a otros. Ser firme no significa ser prepotente ni exigente; significa respetarse a sí mismo y a los demás.
- Otra manera de abordar esta emoción consiste en reprimir el enfado y después convertirlo o redirigirlo. Es decir, cuando se contiene la ira, se deja de pensar en ella y en cambio se centra en hacer algo positivo. El objetivo es inhibir o reprimir la emoción y convertirla en una conducta mucho más constructiva. El peligro de este tipo de respuesta es que no permite exteriorizar las emociones, pudiendo causar a largo plazo hipertensión u otros síntomas psicosomáticos. Además, inhibir la ira, puede conducir a expresiones patológicas, como, por ejemplo, las respuestas pasivo-agresivas (desquitarse indirectamente, sin decir el motivo, en lugar de hacerlo de frente) o una actitud cínica y hostil duradera.
- Por último, puede calmarse interiormente. Esto significa no sólo controlar su conducta externa sino también controlar sus respuestas internas, siguiendo los pasos para reducir su ritmo cardíaco, calmarse y dejar que los sentimientos pasen.
Manejo de la ira
El objetivo del manejo de la ira es reducir el malestar emocional y la activación fisiológica que provoca. Si uno no puede cambiar las cosas o personas que provocan el enfado, ni evitarlas, se puede aprender a controlar las reacciones.
¿Por qué se enfadan algunas personas más que otras?
Algunas personas se exaltan más que otras, enfadándose con mayor facilidad y más intensamente. También, hay quienes no demuestran su ira gritando, pero están continuamente irritados y malhumorados.
Las personas que se enojan con facilidad, por lo general, tienen lo que se denomina baja tolerancia a la frustración, es decir, no aguantan los inconvenientes.