Las uñas son unos apéndices de queratina muy especializados. Más allá de su valor estético, estas estructuras tienen una función fisiológica esencial en nuestro organismo, pues protegen los extremos de los dedos de manos y pies de fuerzas físicas e infecciones y participan en la precisión del tacto.
Compuestas por la lámina ungueal, el lecho ungueal, la cutícula, la matriz y la lúnula, estas estructuras queratinizadas encierran una complejidad morfológica mucho más intrincada de lo que se podría imaginar en primera instancia. No vamos a detenernos en sus partes y composición química, pues lo que hoy nos interesa es su cuidado y correcta manutención.
Debido a la importancia y a la fragilidad de las uñas, es necesario tener siempre en mente ciertos actos que, si se llevan a cabo con regularidad, promoverán su bienestar a lo largo del tiempo.
Los mejores consejos para mantener tus uñas en buen estado
Cortar las uñas
Las uñas largas promueven la formación de biopelículas de microorganismos bajo ellas, los cuales pueden ser patógenos y propiciar infecciones. Además, tener estas estructuras queratinizadas a demasiada distancia del dedo puede favorecer las lesiones que rompen, resquebrajan e incluso arrancan la uña.
Limar las uñas
Limar las uñas también puede ser una buena opción, de nuevo, no solo como valor estético. Limar las áreas gruesas disminuye la superficie efectiva en la que pueden desarrollarse patógenos como los hongos, razón por la cual se trata de un método preventivo excelente ante posibles infecciones.
Limitar el pintado de uñas
De nuevo, estamos ante un valor estético ampliamente extendido en la sociedad. A pesar de lo común que es, expertos argumentan que al pintar las uñas se están cubriendo con un compuesto químico (en muchos casos con ciertas toxinas en su fórmula), lo que puede dificultar la creación natural de queratina.
Evitar morderse las uñas
Morderse las uñas provoca resquebrajamiento y desigualdades en su superficie, aparte de dolor y escozor en la zona dérmica expuesta. Además de esto, esta manía se puede traducir en desgaste de los dientes, infecciones bacterianas bucales, dolor mandibular y halitosis. Desde luego, hay otras formas mucho más sanas de canalizar el estrés.
“Dejarlas respirar”
La onicomicosis o pie de atleta (infección fúngica en las uñas de los pies) es una enfermedad muy extendida en la población general, pues se calcula que hasta el 20 % de personas entre 40 y 60 años la sufren en cualquier lugar y momento. Para prevenir esta patología, es necesario dejar a los pies “respirar”, sobre todo tras esfuerzos físicos intensos. Toca quitarse los zapatos, los calcetines, y descansar un poco.
Lavarse las manos con asiduidad
Lavarse las manos es esencial, no solo para el bien de las uñas, sino de todo el resto del organismo. Nuestras manos son verdaderos almacenes de bacterias, virus, partículas fúngicas y otros muchos microorganismos.
Secarse bien las uñas después de lavarlas
Como hemos visto en líneas anteriores, un exceso de humedad es enemigo del correcto desarrollo de las uñas. Este consejo se explica por sí solo.
Nutrición cutánea
La aplicación de cremas hidratantes de manos también fortalece a las uñas, pues estimula su crecimiento, las endurece, suaviza las cutículas, refina los bordes, las mantiene sanas y les otorga los lípidos necesarios para incrementar su resistencia, flexibilidad y belleza.
Proteger a las uñas de compuestos químicos
A la hora de la limpieza de la casa o en momentos de exposición a químicos potencialmente dañinos, se hace esencial el utilizar guantes dobles de plástico con revestimiento interior de algodón. En general, cualquier actividad doméstica (por anecdótica que sea) requiere de este tipo de protección para mantener el bienestar de las uñas.
Dieta equilibrada
La queratina que forma las uñas es una proteína y, por lo tanto, los alimentos ricos en proteínas serán positivos para la salud de estas estructuras. Entre ellos encontramos a la carne roja y blanca, salmón, ciertas semillas y productos lácteos. También son claves algunas frutas, como aquellas que contienen vitamina C, ya que esta evita la rotura de las uñas y favorece la absorción de hierro.
Realizar ungüentos caseros
Diversos portales divulgativos recogen que el aceite, el ajo y el zumo de limón son positivos para las uñas, ya que evitan la aparición de hongos, las nutren y les otorgan un aspecto brillante y bello. Por esta razón, realizar un ungüento a base de estos tres ingredientes y aplicarlo sobre las uñas es un remedio casero excelente.
Limitar el uso de uñas postizas
Las uñas postizas incrementan considerablemente la superficie interna de la uña, lo que supone un caldo de cultivo excelente para colonias bacterianas, que pueden propiciar infecciones. Lo mejor es evitar este complemento estético y solo hacer uso de él en ocasiones especiales.
Evitar caminar descalzos en lugares públicos húmedos
Por extraño que pueda parecer este consejo, es uno de los más importantes de toda la vista. Hongos como los causantes del pie de atleta se encuentran ampliamente representados en baños públicos, piscinas, saunas y otras zonas con humedad relativa muy alta.
Hidratar las uñas
Esto se puede conseguir, por ejemplo, mediante leves exposiciones a soluciones de aceite de oliva. Esta práctica fortalecerá las uñas y les otorgará un tono más brillante.
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